jueves, 27 de septiembre de 2012

Carl Gustav Jung


 (Nació el 26 de julio de 1875 en una pequeña localidad de Suiza llamada Kessewil. Su padre, Paul Jung, fue un clérigo rural y su madre fue Emilie Preiswerk Jung)  quien se dedicó a explorar ese inconsciente de la mano de la teoría Freudiana en un principio, además de acompañarlo de la mitología, la religión y la filosofía.
Su especialidad es el simbolismo, doctrinas filosóficas y religiosas para alcanzar el conocimiento a través de la intuición y en general tradiciones místicas y esotéricas que le permitieran adquirir un sentido del inconsciente y expresarlo de manera simbólica.
Además de esto, Jung le brindó gran importancia a los sueños y las visiones.
Al igual que Freud, Jung admite un inconsciente personal derivado de la historia infantil, pero además  propone la existencia de un inconsciente colectivo  de carácter universal, es decir, lo que se encuentra en el inconsciente colectivo son los asuntos frente a los cuales el ser humano y la cultura saben de sí, en otras palabras, pone al individuo ante el devenir, lo confronta y le da opciones para la vida.
Para esto Jung separa la psique en tres partes fundamentales: “el yo- el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.
El Yo, esta relacionado con la consciencia y el inconsciente personal esta relacionado con todo aquello que aún no ha sido consciente.  El inconsciente colectivo hace de la teoría de Jung algo diferente y el centro de la misma, éste se podría considerar como un legado o transmisión psíquica, es decir, un conocimiento heredado con el que todo individuo nace y comparte, su carácter inconsciente lo da el hecho de que nunca se es plenamente consciente de este rasgo común, sin embargo, éste posee una fuerte influencia en el comportamiento y experiencias humanas. Como ejemplos de estas experiencias podemos hablar del amor, de los símbolos y del dejavu, las experiencias creativas, la música, las experiencias espirituales, la religión, los sueños y las fantasías entre otros.
Los Arquetipos:
La pregunta por el origen (¿de donde venimos?),la pregunta por el saber (¿quién soy?),  la pregunta por el sentido de la vida (¿hacia donde vamos?, la pregunta por la trascendencia (¿qué hay después de la muerte?), la pregunta por lo que debemos hacer (¿qué es ser hombre o mujer?), la pregunta por lo que somos (¿pregunta por el padre y la madre?) y por ultimo la pregunta de lo bueno y lo malo (¿la pregunta por nuestra sexualidad?).
Los arquetipos por tanto son plataformas, matrices cuya característica principal  es formar una red, esta red es a lo que Jung va a llamar inconsciente colectivo, por tanto los arquetipos van a ser los grandes organizadores de la psique.
En  esta misma línea podemos ver como en la teoría jungiana encontramos aspectos que también podría decirse son de carácter sexual, aunque su teoría no se fundamenta propiamente en dicho aspecto, en este sentido el sexo y los instintos hacen parte de lo que Jung llamó “la sombra”, que proviene de un pasado en el cual solo importaba la sobrevivencia y la reproducción, es decir, cuando no se tenia conciencia del si mismo; es como un lado oscuro, que no es ni bueno ni malo, semejante a los animales, por tanto es un lugar donde se desecha lo que no queremos reconocer.
De esta manera se introduce en la teoría jungiana a partir de lo que no queremos admitir la mascara y con ella el concepto de persona, es decir, la persona simboliza nuestra imagen publica; el termino persona viene de personalidad que a su vez significa mascara, por lo cual, la persona es una mascara con la cual nos camuflamos al momento de enfrentarnos al mundo.  Es en otras palabras la necesidad de causar una buena impresión en el otro, el ser aceptado, el poder pertenecer de acuerdo a los parámetros que la sociedad exige, sin embargo, hay una paradoja al confundirse el propio sujeto con  lo que muestra, a tal punto de creer que realmente es lo que muestra a los demás.
Siguiendo esta línea de la personalidad Jung, propone también el siguiente arquetipo y es el Anima y Animus, que quiere decir lo femenino y lo masculino presente en todos los individuos.  Jung creía que todos los seres humanos son bisexuales por naturaleza, es decir, cuando se inicia la vida no hay un sentido de ser hombre o mujer más allá de los órganos sexuales que lo determinan, es decir, en el sentido social, el cual es quien bajo su influencia transforma progresivamente al individuo en hombre o mujer.
Con todo lo anterior vemos que para Jung no existía un numero fijo de arquetipos, simplemente aparecen según la necesidad del individuo, sin perder su carácter común a los demás individuos, por ejemplo planteo arquetipos como el padre, la madre, la familia bajo la idea de la hermandad y la necesidad del otro para sobrevivir; además el niño que como se dice popularmente “todos llevamos dentro” el cual para Jun significaba el futuro y el renacer; el héroe de las historias y las batallas, ese héroe que todos pretendemos ser, con el cual nos identificamos; La doncella, la mujer bella y afortunada de las historias y cuentos de hadas; el hombre viejo y sabio, el que posee el conocimiento adquirido por la experiencia; el ilusionista que vemos en un mago por ejemplo, capaz de hacer todo lo que parece imposible; Dios representado en la necesidad de saber, del principio, el fin y  la búsqueda de la felicidad. 
Estos arquetipos son solo por mencionar algunos, en definitiva a lo que conllevan es al arquetipo fundamental y es el “si mismo”, conocerse y lograr una perfección; sin embargo, Jun pensaba que la madurez y el esplendor de la personalidad solamente podría ser adquirida con la muerte. 
Por tanto la personalidad es algo que se va construyendo con el día a día, en una interacción constante con el entorno, con un movimiento dinámico del psiquismo y es precisamente este movimiento el que proporciona tres principios básicos en la teoría jungiana:
El principio de los opuestos, el principio de equivalencia y el principio de entropía. 
El primero nos habla de que cada deseo inmediatamente requiere de su opuesto, es decir, deseamos algo positivo o pensamos algo positivo y enseguida viene a nuestra mente algo negativo (los llamados peros por ejemplo, o los hubiera sido mejor). 
El segundo nos habla de no negar que en nuestro pensamiento están las cosas negativas y positivas, ya que si negamos que esos pensamientos que no queremos estuvieron allí, se generaría lo que Jung llama complejos, que no es más que un conjunto de pensamientos y sentimientos que se suprimen, se reprimen, y es por tanto lo que causa problemas, al pensar que todo en la vida es bueno, y por tanto aparece el complejo para atormentar la vida del individuo.
El último principio se refiere a la atracción de los polos opuestos, y en este sentido habla de la energía que se gasta a lo largo de la vida, es decir, se puede ser o muy tierno o muy grosero en un tiempo relativamente corto o ante una misma situación.  Este gasto de energía se le atribuye con mayor frecuencia a los jóvenes, ya que cambian de un estado emocional a otro con gran facilidad o se toman las cosas con mucha pasión; por el contrario en la edad adulta cuando se ha alcanzado cierta madurez, la energía disminuye, ya que hay una comodidad con lo que se és, a lo que Jun llama trascendencia.

El inconsciente colectivo, como su nombre indica aplica a todos los individuos sin distinción alguna; se compone a partir de imágenes primordiales (o imagos) mejor conocidos como arquetipos; estos aparecen de manera inconsciente en todos los sujetos y se dividen de acuerdo a las características de cada uno de estos. Los arquetipos son de carácter universal,

se considera que el individuo tiende a la bisexualidad, lo que para Jung represen los arquetipos del anima y animus; el ánima es representativa del aspecto femenino presente en los hombres y esta mayormente asociada a la expresividad emocional del sujeto, el animus es lo contrario, es decir, la parte masculina presente en el psiquismo femenino y se relaciona fundamentalmente con el lado racional de la persona, pero en conjunto ambos están relacionados con la vida amorosa y como esta se estructura en la vida del paciente. Este par de arquetipos son los que permiten mediar con el inconsciente colectivo.

El arquetipo persona, es el que media con la realidad, se asemeja bastante con el concepto e yo propio del psicoanálisis; hace referencia la imagen pública que proyectamos. Otro arquetipo importante es el del self, que implica la perfección de la personalidad es decir que se alcanza un nivel de interacción adecuada entre los componentes de la psique y para Jung esta solo era posible alcanzarla con la muerte. 

El héroe; representa siempre el bien y según las teorías propuestas por Jung está buscando siempre fortalecerse con mana, este mana representa las cualidades “mágicas” que posee el individuo, en otras palabras la fuerza espiritual del mismo. 

Uno de los arquetipos más significativos es el arquetipo sombra, el cual representa los aspectos más instintivos del ser humano, en este arquetipo se agrupa todo aquello que es moralmente inadecuado.

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