(Nació el 26 de julio de 1875 en una pequeña
localidad de Suiza llamada Kessewil. Su padre, Paul Jung, fue un clérigo rural
y su madre fue Emilie Preiswerk Jung) quien
se dedicó a explorar ese inconsciente de la mano de la teoría Freudiana en un
principio, además de acompañarlo de la mitología, la religión y la filosofía.
Su especialidad es el
simbolismo, doctrinas filosóficas y religiosas para alcanzar el conocimiento a
través de la intuición y en general tradiciones místicas y esotéricas que le
permitieran adquirir un sentido del inconsciente y expresarlo de manera
simbólica.
Además de esto, Jung le brindó gran importancia a los sueños y las
visiones.
Al igual que Freud,
Jung admite un inconsciente personal derivado de la historia infantil, pero
además propone la existencia de un
inconsciente colectivo de carácter
universal, es decir, lo que se encuentra en el inconsciente colectivo son los
asuntos frente a los cuales el ser humano y la cultura saben de sí, en otras
palabras, pone al individuo ante el devenir, lo confronta y le da opciones para
la vida.
Para esto Jung separa
la psique en tres partes fundamentales: “el yo- el inconsciente personal y el
inconsciente colectivo.
El Yo, esta relacionado con la
consciencia y el inconsciente personal esta relacionado con todo aquello que
aún no ha sido consciente. El
inconsciente colectivo hace de la teoría de Jung algo diferente y el centro de
la misma, éste se podría considerar como un legado o transmisión psíquica, es
decir, un conocimiento heredado con el que todo individuo nace y comparte, su
carácter inconsciente lo da el hecho de que nunca se es plenamente consciente
de este rasgo común, sin embargo, éste posee una fuerte influencia en el
comportamiento y experiencias humanas. Como ejemplos de estas experiencias
podemos hablar del amor, de los símbolos y del dejavu, las experiencias
creativas, la música, las experiencias espirituales, la religión, los sueños y
las fantasías entre otros.
Los Arquetipos:
La pregunta por el
origen (¿de donde venimos?),la pregunta por el saber (¿quién soy?), la pregunta por el sentido de la vida (¿hacia
donde vamos?, la pregunta por la trascendencia (¿qué hay después de la
muerte?), la pregunta por lo que debemos hacer (¿qué es ser hombre o mujer?),
la pregunta por lo que somos (¿pregunta por el padre y la madre?) y por ultimo
la pregunta de lo bueno y lo malo (¿la pregunta por nuestra sexualidad?).
Los arquetipos por tanto son plataformas, matrices cuya característica
principal es formar una red, esta red es
a lo que Jung va a llamar inconsciente colectivo, por tanto los arquetipos van
a ser los grandes organizadores de la psique.
En esta misma línea podemos ver como en la
teoría jungiana encontramos aspectos que también podría decirse son de carácter
sexual, aunque su teoría no se fundamenta propiamente en dicho aspecto, en este
sentido el sexo y los instintos hacen parte de lo que Jung llamó “la sombra”,
que proviene de un pasado en el cual solo importaba la sobrevivencia y la
reproducción, es decir, cuando no se tenia conciencia del si mismo; es como un
lado oscuro, que no es ni bueno ni malo, semejante a los animales, por tanto es
un lugar donde se desecha lo que no queremos reconocer.
De esta manera se
introduce en la teoría jungiana a partir de lo que no queremos admitir la
mascara y con ella el concepto de persona, es decir, la persona simboliza
nuestra imagen publica; el termino persona viene de personalidad que a su vez
significa mascara, por lo cual, la persona es una mascara con la cual nos
camuflamos al momento de enfrentarnos al mundo.
Es en otras palabras la necesidad de causar una buena impresión en el
otro, el ser aceptado, el poder pertenecer de acuerdo a los parámetros que la
sociedad exige, sin embargo, hay una paradoja al confundirse el propio sujeto
con lo que muestra, a tal punto de creer
que realmente es lo que muestra a los demás.
Siguiendo esta línea
de la personalidad Jung, propone también el siguiente arquetipo y es el Anima y
Animus, que quiere decir lo femenino y lo masculino presente en todos los
individuos. Jung creía que todos los
seres humanos son bisexuales por naturaleza, es decir, cuando se inicia la vida
no hay un sentido de ser hombre o mujer más allá de los órganos sexuales que lo
determinan, es decir, en el sentido social, el cual es quien bajo su influencia
transforma progresivamente al individuo en hombre o mujer.
Con todo lo anterior
vemos que para Jung no existía un numero fijo de arquetipos, simplemente
aparecen según la necesidad del individuo, sin perder su carácter común a los
demás individuos, por ejemplo planteo arquetipos como el padre, la madre, la
familia bajo la idea de la hermandad y la necesidad del otro para sobrevivir;
además el niño que como se dice popularmente “todos llevamos dentro” el cual
para Jun significaba el futuro y el renacer; el héroe de las historias y las
batallas, ese héroe que todos pretendemos ser, con el cual nos identificamos;
La doncella, la mujer bella y afortunada de las historias y cuentos de hadas;
el hombre viejo y sabio, el que posee el conocimiento adquirido por la
experiencia; el ilusionista que vemos en un mago por ejemplo, capaz de hacer
todo lo que parece imposible; Dios representado en la necesidad de saber, del
principio, el fin y la búsqueda de la
felicidad.
Estos arquetipos son
solo por mencionar algunos, en definitiva a lo que conllevan es al arquetipo
fundamental y es el “si mismo”, conocerse y lograr una perfección; sin embargo,
Jun pensaba que la madurez y el esplendor de la personalidad solamente podría
ser adquirida con la muerte.
Por tanto la
personalidad es algo que se va construyendo con el día a día, en una
interacción constante con el entorno, con un movimiento dinámico del psiquismo
y es precisamente este movimiento el que proporciona tres principios básicos en
la teoría jungiana:
El principio de los
opuestos, el principio de equivalencia y el principio de entropía.
El primero nos habla
de que cada deseo inmediatamente requiere de su opuesto, es decir, deseamos
algo positivo o pensamos algo positivo y enseguida viene a nuestra mente algo
negativo (los llamados peros por ejemplo, o los hubiera sido mejor).
El segundo nos habla
de no negar que en nuestro pensamiento están las cosas negativas y positivas,
ya que si negamos que esos pensamientos que no queremos estuvieron allí, se
generaría lo que Jung llama complejos, que no es más que un conjunto de
pensamientos y sentimientos que se suprimen, se reprimen, y es por tanto lo que
causa problemas, al pensar que todo en la vida es bueno, y por tanto aparece el
complejo para atormentar la vida del individuo.
El último principio
se refiere a la atracción de los polos opuestos, y en este sentido habla de la
energía que se gasta a lo largo de la vida, es decir, se puede ser o muy tierno
o muy grosero en un tiempo relativamente corto o ante una misma situación. Este gasto de energía se le atribuye con
mayor frecuencia a los jóvenes, ya que cambian de un estado emocional a otro
con gran facilidad o se toman las cosas con mucha pasión; por el contrario en
la edad adulta cuando se ha alcanzado cierta madurez, la energía disminuye, ya
que hay una comodidad con lo que se és, a lo que Jun llama
trascendencia.
El inconsciente colectivo, como su nombre indica aplica a todos los individuos sin distinción alguna; se compone a partir de imágenes primordiales (o imagos) mejor conocidos como arquetipos; estos aparecen de manera inconsciente en todos los sujetos y se dividen de acuerdo a las características de cada uno de estos. Los arquetipos son de carácter universal,
se considera que el individuo tiende a la bisexualidad, lo que para Jung represen los arquetipos del anima y animus; el ánima es representativa del aspecto femenino presente en los hombres y esta mayormente asociada a la expresividad emocional del sujeto, el animus es lo contrario, es decir, la parte masculina presente en el psiquismo femenino y se relaciona fundamentalmente con el lado racional de la persona, pero en conjunto ambos están relacionados con la vida amorosa y como esta se estructura en la vida del paciente. Este par de arquetipos son los que permiten mediar con el inconsciente colectivo.
El arquetipo persona, es el que media con la realidad, se asemeja bastante con el concepto e yo propio del psicoanálisis; hace referencia la imagen pública que proyectamos. Otro arquetipo importante es el del self, que implica la perfección de la personalidad es decir que se alcanza un nivel de interacción adecuada entre los componentes de la psique y para Jung esta solo era posible alcanzarla con la muerte.
El héroe; representa siempre el bien y según las teorías propuestas por Jung está buscando siempre fortalecerse con mana, este mana representa las cualidades “mágicas” que posee el individuo, en otras palabras la fuerza espiritual del mismo.
Uno de los arquetipos más significativos es el arquetipo sombra, el cual representa los aspectos más instintivos del ser humano, en este arquetipo se agrupa todo aquello que es moralmente inadecuado.
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